Medicina callejera se puede considerar como una visita a domicilio antigua en la que el techo sobre la cabeza de alguien puede ser un puente, una lona, una tienda de campaña, el dosel de los árboles o el cielo abierto. No hay refrigeradores para almacenar medicamentos.  No hay agua corriente para mantener limpias las heridas o atender las necesidades de higiene personal. No hay fácil acceso al transporte, lo que dificulta o imposibilita los viajes a clínicas y farmacias.

Debido a las condiciones austeras y las realidades de la vida en la calle, los esfuerzos de la medicina callejera no pueden brindar atención integral a nuestros amigos desamparados; más bien, los equipos tienen como objetivo construir relaciones significativas atendiendo las necesidades agudas de los pacientes donde viven y coordinando una atención más sólida en la comunidad para problemas fuera del alcance de una práctica de medicina callejera.

Bajo la supervisión del director médico, el Dr. Hans Bruntmyer, el equipo de Street Medicine pasa la mayor parte de su tiempo caminando por las calles y áreas remotas de San Antonio y el condado de Bexar equipado con mochilas llenas de suministros médicos básicos, agua, calcetines y kits de higiene

Además de las rondas predeterminadas, el equipo también responde a las llamadas de los trabajadores comunitarios locales y las fuerzas del orden.

El equipo hace todo lo posible para adaptarse al entorno y cuidar de manera efectiva cualquier cosa que puedan encontrar. El equipo puede manejar problemas básicos de atención primaria, como heridas, fracturas, esguinces, resfriados, dolor de espalda, dolor de cuello, etc. También se encuentran disponibles exámenes de presión arterial y azúcar en la sangre.

Tratamos a personas sin refugio.